El problema de una natalidad baja.

Ya lo dice el vídeo que podéis ver a continuación. Las tasas de natalidad más bajas del mundo se dan en los países en los que a las mujeres les resulta más difícil conciliar trabajo y familia. Y todo indica que España es uno de los países punteros en este aspecto. Si estamos en el G-20 de los páises más «ricos», en cuanto a dificultad de conciliación de trabajo y familia sin duda deberíamos estar en el G-3 o 4.  Desde luego no es sólo un problema legal, aunque mejorar la legislación laboral (para mujeres y hombres) podría ayudar a que la natalidad repunte, como ha pasado últimamente en países como Dinamarca, cuya legislación laboral en temas relacionados con la conciliación del trabajo y la vida familiar es envidiable.

Mientras algunos países optan por legislaciones de cara a la galería en favor de la mujer (cuotas de representación femenina, por ejemplo, que en todo caso sólo favorecen a las mujeres dedicadas a la política), otros países optan por mejorar verdaderamente la situación laboral de las mujeres (y hombres) con cargas familiares. El camino es ése, sin duda, pero  es caro para el Estado y los empresarios.  Pero como veréis en el vídeo, no actuar ante el drama de la baja natalidad será más caro a medio plazo.

Una cosilla. En el vídeo se emplea varias veces el concepto «natalidad» de manera errónea, ya que como podéis notar de lo que se habla es del Índice Sintético de Fecundidad (1,3  en Japón y casi el mismo en España), es decir, el número medio de hijos que tiene una mujer a lo largo de su vida. Seguro que la confusión se debe a una mala traducción al castellano, ya que el vídeo es anglosajón.

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